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martes, 10 de agosto de 2010

APORTES AL FORO VIRTUAL SOBRE CIUDADANÍAS CONTEMPORÁNEAS


“EL NUEVO ORDEN SOCIAL MUNDIAL EN LOS SIGLOS XX - XXI”

Por: Iris Luque Luque

1) Resumen Temático:

El sociólogo Zygmunt Bauman nos muestra en sus investigaciones, estudios y/o disertaciones el nuevo orden social mundial a través de las sociedades líquidas y las sociedades de riesgo.

Señala que la “edad moderna” se caracteriza por el avance vertiginoso de la industria, la tecnología, la economía global y las relaciones internacionales; las cuales generan unas dinámicas sociales fundamentadas en relaciones de poder e interés.

En una sociedad de esta magnitud, el ciudadano es netamente consumista, mercantilista e individualista; pertenece a una sociedad de masas en cuya construcción desempeñan un papel primordial los medios de comunicación encargados de perpetuar el sistema, crear hábitos, estéticas, preferencias y racionalidades.

Es tal el desequilibrio social, que la brecha entre los países industrializados y tercermundistas es cada vez más grande, dando paso a que los ricos sean cada más ricos y los pobres cada más pobres.

2) Sociedades Líquidas:

Son aquellas que no tienen bases firmes, ni fuertes. En ellas no hay certezas, ni estabilidad; se caracterizan por la incertidumbre, por ser sociedades de consumo en donde se concentra la riqueza en pocas manos y se afianza el feroz capitalismo.

Los estereotipos, las modas, son impuestas por los medios de comunicación de masas; las sociedades fundamentan la convivencia en la exclusión del otro porque el excesivo culto al individualismo lleva a pisotear al otro con el fin de alcanzar los objetivos propios; de ahí la soledad, la intolerancia y la violencia. Aquí no existe sentido de comunidad, ni verdadera identidad, no hay compromiso con lo colectivo; en síntesis las sociedades líquidas son efímeras.

3) Sociedades de Riesgo:

En este tipo de sociedades se profundiza la división de clases sociales, la vida gira en torno al dinero y quien no lo posee se ve condenado a la miseria. Los medios de comunicación cumplen su tarea de masificar la información convirtiéndola en desinformación ya que la manipulan de acuerdo a conveniencias e intereses, especialmente políticas y económicas.

Las sociedades se someten, aquí la teoría de “la servidumbre voluntaria” de Étienne De La Boétie se hace evidente, los ciudadanos asumen los riesgos que plantean las nuevas formas de dominación establecidas por el capitalismo.

En las sociedades de riesgo las conquistas sociales se pierden poco a poco, entran en crisis las instituciones; la exclusión, la inequidad, la marginalidad son el pan de cada día porque los países llamados “subdesarrollados” difícilmente pueden alcanzar el nivel y las condiciones de las naciones “desarrolladas”.

La arrasadora globalización pone a su servicio todas las herramientas que tiene a su alcance para lograr sus metas, hace uso de la tecnología no necesariamente en beneficio de la humanidad, sino para su destrucción.

Con este nuevo orden social donde el “todopoderoso” es el capital, se acude a lo que sea con tal de obtener el dinero; aparecen entonces fenómenos como el narcotráfico, la guerra nuclear, la guerra fría, el armamentismo, la manipulación genética, la contaminación y el calentamiento global, entre otros.

4) ¿Reconoce este fenómeno en la sociedad colombiana?

Colombia no es ajena a esta realidad de “la modernidad”, se sumerge tanto en la sociedad líquida como en la sociedad de riesgo. Un alto porcentaje de colombianos son borregos sometidos que van en contra de su propia existencia, de su crecimiento personal porque en primera medida no hay equidad o igualdad de condiciones para el acceso a oportunidades con miras a tener una vida digna.

Nuestro país está dibujado en los textos de Étienne de La Boétie y de Zygmunt Bauman desde la primera línea, lo que dice en ellos es lo que ha venido sucediendo hace mucho tiempo, pero se ha acentuado en los últimos ocho años.

Muchos colombianos no han tenido acceso a la educación, que es la que posibilita a los hombres y mujeres el sentido de su dignidad y el odio por la tiranía. Esta situación es aprovechada por quien tiene el poder en sus manos; claramente se evidencia que no le conviene que el pueblo se eduque, tenga conocimiento porque es ese pueblo el que puede rebelarse, pedir cambios, luchar por una vida diferente.

Ese pueblo alineado y sometido por el capitalismo es el deseado por los gobernantes. El que no tiene la capacidad de ir más allá, analizar, pensar, exigir; ese pueblo conforme que debido a su baja preparación le cree a los gobiernos de turno, a los medios de comunicación, a quien les promete en una campaña política, a quienes en época pre-electoral compran su conciencia a cambio de un pan, de un mercado y de un billete.



La Colombia de hoy se sumerge en el consumismo de modas y patrones sociales establecidos por la aldea global. Vive en un mundo precario, incierto, vacilante, inestable, individualista, donde las relaciones personales son superficiales, frágiles, sin ninguna clase de compromiso y responden a conveniencias. La incertidumbre y la soledad se apoderan de cada habitante de nuestra geografía y esto aumenta la ansiedad, la intolerancia, la agresividad y la violencia.

5) ¿Cómo argumentaría la labor educativa con los jóvenes en el contexto y cómo vislumbra el tema de los Derechos Humano ahí?

El quehacer pedagógico en este contexto de sociedad es muy difícil, nuestros estudiantes son fiel reflejo de las sociedades líquidas, de las sociedades de riesgo y de la servidumbre voluntaria.

Diariamente los educadores nos quejamos de su baja capacidad de análisis y argumentación, de su intolerancia y agresividad, de su superficialidad y sometimiento a toda clase de modas con las que inclusive se hacen daño. La copia de modelos extranjeros, el afán por conseguir las cosas de manera fácil aún pisoteando al otro amparados en el discurso del desarrollo de su individualidad.

Nuestros estudiantes son el producto de una familia y de una sociedad que día a día van perdiendo sus ideales, sus sueños, sus principios y valores. El hambre a que han sido sometidos por los gobernantes los obliga a rendirse a los pies del dinero mal habido; narcotráfico, paramilitarismo, guerrilla, fuerzas armadas legales e ilegales que les aseguran un sustento económico.

Los niños, niñas y jóvenes de hoy, pese a tener la posibilidad de estudiar, no les interesa, no ven en el conocimiento una opción de vida diferente porque han crecido en un mundo que segundo a segundo les vende la idea que lo importante es lo material, el dinero y que éste se consigue sin necesidad de estudiar. Les muestra miles de ejemplos: las chicas (llámense modelos, prepago, acompañantes) únicamente deben preocuparse por su figura porque con ella consiguen lo que desean; los muchachos “simplemente” se vinculan al mundo del sicariato, el expendio de drogas y el robo.

Ante este panorama, los educadores debemos ir más allá de la clase tradicional centrada en los contenidos asignaturistas. Es nuestra tarea llevar al aula las realidades y problemáticas sociales utilizando estrategias para que nuestros estudiantes hagan lectura crítica de ellas, las analicen y asuman una posición diferente, reflexiva y propositiva que en un futuro les permita construir unas mejores condiciones de vida. La educación debe dejar de ser ese aparato ideológico del estado que perpetua la servidumbre voluntaria, las sociedades líquidas y las sociedades de riesgo.

En el nuevo orden social mundial los Derechos Humanos son frontalmente violentados; al abrirse cada vez más la brecha entre los países “desarrollados” y los “tercermundistas”, en razón de la globalización, se profundizan la miseria, no se puede acceder a los servicios básicos como: salud, educación, agua potable, vivienda, ambiente sano.

La economía de mercado requiere el fortalecimiento de las urbes y los ciudadanos de las zonas rurales poco tienen que hacer en sus tierras, generándose así el desplazamiento hacia las grandes ciudades para engrosar los cordones de pobreza y desempleo. Todo este caos sin duda trae confrontación, violencia, destrucción y muerte en el afán por la supervivencia.; es decir, ya ni siquiera el derecho a la vida tiene lugar en esta sociedad mal llamada contemporánea.

Ni que decir de los derechos de quienes piensan, se atreven a hablar, a actuar, a soñar, a luchar por la libertad, por una vida diferente, más digna, más humana. Son perseguidos y aniquilados por el establecimiento, sobran los ejemplos: las chuzadas, los crímenes de Estado, las desapariciones, los falsos positivos, el secuestro, la prisión, la penalización de la protesta social, la represión en todas sus modalidades.



“OBEDIENCIA”

A los Estados o a cualquiera de ellos, o a cualquier ciudadano de los Estados. Resistid mucho, obedeced poco.

Cuando la obediencia es incuestionable, cuando la servidumbre es completa; ninguna nación, Estado o ciudadano de este mundo, recobrará jamás su libertad.

(WALT WHITMAN)









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