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miércoles, 1 de septiembre de 2010

La Declaración De Los Derechos Humanos

RESPUESTA A LA PREGUNTA ¿QUÉ ES LA ILUSTRACIÓN?

REFLEXIONES ACERCA DE ¿QUÉ ES LA ILUSTRACIÓN? (IMMANUEL KANT)
POR MARTHA LUCIA MORENO CORTES.

Kant hacia 1784, plantea la ilustración como el siglo de la racionalidad en el cual el hombre sale de su condición de minoría de edad, entendiendo ésta como la “incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la dirección de otro”. Afirma expresiones como: “Ten el valor de servirte de tu propio entendimiento, la pereza y la cobardía son las causas de la mayoría de los hombres, ¡Es tan cómodo ser menor de edad¡”. Son incitaciones que buscan una reflexión profunda para hacer conciencia sobre el estado del hombre; ese estado de “minoría de edad” en el cual se ha venido escualizando para lograr una comodidad que esta enmarcada en su propia pobreza intelectual y espiritual, en la decadencia de sus propios anhelos, intereses, virtudes y añoranzas. Esta postura de “minoría de edad” asumida voluntariamente por los hombres del mundo producen seres dependientes, temerosos, acomodados, faltos de sueños y de decisiones comprometidas, ausentes de liderazgo, emancipación y creatividad.
Podemos, entonces, reflexionar como el hombre a través del tiempo se ha acomodado a que otro piense por él, decida por él y de dirección a su vida y en general a la humanidad. Es fácil optar por esta postura para no esforzarse, para ocultarse bajo el síndrome de la pereza y la cobardía. El hombre es gustoso de sentirse gobernado, dominado, es amante de ser esclavo. Ha buscado entregar el mundo a otro que gobierne e imponga sus intereses y sobre todo se lo facilita por su postura sumisa y débil; no quiere pensar, es más fácil pagar, pagar lo que sea y con lo que sea pero que otro sea el que ordene y piense, que otro decida y gobierne. Quien asume este reto que se le otorga es el que manda, esclaviza, humilla y siente como suyo el poder, la soberanía, la dirección y no permitien que otros quieran hacerlo, pues los aterrorizan y asignan incapacidad y un sentimiento de miedo ante grandes riesgos a los que se expondrían al querer salir del corral al que pertenecen; adormeciendo de esta manera la capacidad de pensar, de entender y crear.
Es tal la condición de minoría de edad del mund,o que ésta se ha convertido en parte de la naturaleza misma de los hombres, por ello son contados los que han logrado superar este estadio para pasar a la mayoría de edad que es el estado crítico, reflexivo, pensante y de decisiones. Gracias a un esfuerzo del espíritu y la mente algunos pocos hombres han crecido y son mayores de edad, es decir, actúan con libertad, sin perjuicios, con autonomía, permitiendo que la razón humana ejerza el derecho a obtener conclusiones y decisiones pese al sin número de situaciones adversas a esta posibilidad, pues en la mayoría de las cosas se nos pide no pensar, no razonar: paga y no pienses, cree y no pienses, ejecuta y no pienses, obedece y no pienses; son las expresiones y acciones que nos mantienen en minoría de edad y pobre de aquel que se quiera salir de allí… y manifieste su inconformidad, su desacuerdo, su posición, su postura, sus ideas pues se convierte en el enemigo que se debe aniquilar y desaparecer…
La educación es uno de los pocos caminos que debe servir a la causa de la madurez humana, a que por fin logremos la mayoría de edad, es decir a que por fin pensemos, asumamos responsabilidades, posturas frente a…, a que se haga crítica constructiva y seamos propositivos. Hay que generar la cultura del pensamiento, debemos hacer uso de nuestra propia razón y no temer expresar lo que pensamos. Debemos conducir a las nuevas generaciones por el camino del pensamiento crítico, autónomo, libre y respetuoso del otro; aportar a nuestro crecimiento nuestro propio esfuerzo por ser, por pensar y actuar con coherencia. Asumirnos incondicionalmente como seres con dignidad, con libertad y autonomía. Como seres que reconocen y entienden la autoridad y la diferencian del yugo o de la esclavitud, pues cada uno es responsable de su propio crecimiento, del paso de la minoría a la mayoría de edad. Pasar de dejar que otro piense y decida por mí, a pasar a pensar y decidir por mí mismo; esta es la verdadera ilustración, el crecimiento real del ser es usar su razón, su mente por sí mismo. Trabajo arduo y de gran compromiso el que nos corresponde como educadores y formadores de hombres.