SOCIEDADES LIQUIDAS Y SOCIEDADES DE RIESGO
Docente: Doris Janeth Hernández
¿Cómo se definen y caracterizan las llamadas “sociedades líquidas”?
La caracterización de la modernidad de las sociedades liquidas por Zygmunt Bauman son volubles y flexibles, en la que los modelos y estructuras sociales ya no perduran lo suficiente como para enraizarse y gobernar las costumbres de los ciudadanos y en el que, sin darnos cuenta, hemos ido sufriendo transformaciones y pérdidas como el de la duración del mundo, vivimos bajo el imperio de la caducidad y la seducción en el que el verdadero Estado, es el dinero. Donde se renuncia a la memoria como condición de un tiempo post histórico. La modernidad líquida esta dominada por una inestabilidad asociada a la desaparición de los referentes a los que anclan nuestras certezas.
Buscamos una rápida respuesta a sus carencias y en la búsqueda de "la felicidad". Las propiedades del producto pueden producir confort pero la prometida felicidad no se produce; esta se desvanecerá rápidamente y en pocas horas o días habrá una nueva "necesidad". Otro tanto ocurre con el "adicto" donde los efectos buscados se esfuman en poco tiempo y necesita una nueva. En esta sociedad de la modernidad líquida, somos seres anhelantes; un anhelo que nunca se sacia y que deja una constante insatisfacción porque "ya" hay algo nuevo, algo que supera al que ya tengo o poseo, y este anhelo tantas veces superficial, se torna en un imperativo hacia el cual se orienta toda la energía del hombre
¿Cómo se definen y caracterizan las llamadas “sociedades del riesgo”?
La sociedad del riesgo implica una serie de transformaciones que muestran un paisaje de la actualidad e invitan a reflexionar, el pasaje que alcanza a todas las clases sociales, el pasaje de una sociedad estamental, de identidades fijas sostenidas en la religión, la etnia, el trabajo, a una sociedad de individuación cada vez mayor, en la que las personas construyen sus trayectorias en forma reflexiva, escogiendo sus parejas, sus trabajos sus modos de vivir; el cambio del estatuto de la ciencia, desde una situación de monopolio del saber, hacia un escenario en el que las opiniones de expertos compiten con el saber y con la racionalidad social.
Una sociedad que se pone a sí misma en peligro a través del mercado de la comunicación.
¿Qué sucede con los vínculos humanos en estas sociedades?
El estado actual de los vínculos humanos, en tiempos signados por un enorme malentendido: se confunde conexión con comunicación. Mientras las nuevas tecnologías de conexión se desarrollan sin pausa, la comunicación humana es pobre, las personas se desencuentran, crecen el egoísmo y el individualismo, la vida se empobrece y se vacía de sentido y trascendencia.
• Qué pasa cuando el ser humano está al servicio de la tecnología y no la tecnología al servicio del ser humano.
• Los efectos perversos y disimulados que las tecnologías de conexión están provocando hoy en las personas: nuevas adicciones, consumismo, ruptura de vínculos, vaciamiento de valores.
• El rol de los padres y la escuela.
• La agonía del individuo en el mundo virtual.
• Cómo recuperar el arte de construir vínculos artesanalmente.
• La generación virtual y el fin de la memoria, del futuro, de la intimidad, de la cultura y de los principales lazos afectivos.
• -La responsabilidad sobre la propia existencia y la vida como una respuesta más que como una pregunta.
¿Reconoce este fenómeno en la sociedad colombiana? Presente un ejemplo
La crisis del matrimonio en las sociedades postmodernas no es una casualidad, ni un paréntesis en la historia, sino un síntoma inequívoco de la modernidad líquida. En el fondo, es una crisis de libertad. El matrimonio da miedo, aterroriza a los hipotéticos contrayentes, porque ellos mismos no se sienten capaces de lanzarse al vacío. Tienen que experimentar, con antelación, si son compatibles. Deben vivir juntos, probar, experimentar, conocerse en distintas situaciones, observar si pueden compaginar. El número de rupturas matrimoniales que se producen en nuestro entorno cultural es extraordinario y ha crecido cualitativamente; Ello obedece a muchos factores, tanto de orden económico, como psicológico o político, pero no se puede descartar que en el fondo subyace un tipo de ciudadano líquido que siente los vínculos que forja como algo muy inestable y voluble. La idea de un compromiso de por vida, más allá de los avatares y de las metamorfosis que se experimentan en ella, es algo que se presenta como titánico para el sujeto postmoderno. Supera su frágil voluntad. Nadie se siente capaz de garantizar sus sentimientos futuros, sus nuevos horizontes profesionales, sus aventuras y aficiones de mañana y, por ello, uno prefiere salvaguardar la libertad individual, la vida ajena a los compromisos de larga duración.
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