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viernes, 6 de agosto de 2010

LECTURAS PARA EL FORO CIUDADANIAS CONTEMPORANEAS

Zygmunt Bauman
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Zygmunt Bauman en Varsovia (2005).
Zygmunt Bauman (*Poznań, Polonia, 1925) es un sociólogo polaco.
Nació en Poznan (Polonia) en una humilde familia judía. Huyendo de los nazis se trasladó a la Unión Soviética para regresar posteriormente a Polonia, donde militó en el Partido Comunista1 y fue profesor de filosofía y sociología en la Universidad de Varsovia antes de verse obligado a irse de Polonia en 1968 a causa de la política antisemita desarrollada por el gobierno comunista después de los sucesos de marzo de 1968. Posteriormente a su purga de la universidad de Varsovia, ha enseñado sociología en países como Israel, Estados Unidos y Canadá.
Desde 1971 reside en Inglaterra. Es profesor en la Universidad de Leeds de ese país. Y, desde 1990, es profesor emérito. Su obra comienza en los años 50 y se ocupa, entre otras cosas, de cuestiones tales como las clases sociales, el socialismo, el holocausto, la hermenéutica, la modernidad y la posmodernidad, el consumismo, la globalización y la nueva pobreza.
Contenido
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• 1 Obra y pensamiento
o 1.1 El Holocausto
o 1.2 Modernidad y postmodernidad versus modernidad sólida y líquida
o 1.3 Vidas desperdiciadas: La modernidad y sus parias
o 1.4 La convivencia con los otros
• 2 Trabajo, consumismo y nuevos pobres
• 3 La identidad en la modernidad líquida
• 4 Bibliografía en castellano
• 5 Premios importantes
• 6 Véase también
• 7 Referencias
• 8 Enlaces externos

[editar] Obra y pensamiento
El interés de la investigación de Zygmunt Bauman se enfoca en la estratificación social y en el movimiento obrero, antes de interesarse en temas más globales tales como la naturaleza de la modernidad. El período más prolífico de su carrera comenzó después de abandonar la enseñanza en Leeds, cuando se acrecentó su importancia más allá de los círculos de sociólogos profesionales con un libro que publicó acerca de la supuesta conexión entre la ideología de la modernidad y el Holocausto.
[editar] El Holocausto
Su tesis central, en ese libro, era que el Holocausto básicamente no fue un lapso accidental dentro de la barbarie irracional precivilizada, sino una consecuencia lógica (aunque no inevitable) de la civilización moderna y su creencia en la ingeniería social a gran escala.
[editar] Modernidad y postmodernidad versus modernidad sólida y líquida
Las primeras obras de Bauman fueron proyectos basados en la modernidad dentro del diseño de una mejor sociedad. Hacia 1970 y comienzos de la década de 1980 su atención cambió a cuestiones más generales y teóricas en relación con el papel de las ciencias sociales y cómo éstas podrían ayudar a la sociedad. El mayor cambio en la obra de Bauman se produjo a finales de la década de 1980 con la edición de una trilogía de libros (Legisladores e intérpretes, Modernidad y Holocausto y Modernidad y ambivalencia), en los que criticaba la modernidad y proponía una visión postmoderna distópica de la sociedad. Desde entonces, Bauman ha editado una línea invariable de libros adicionales explorando su nueva perspectiva.
Aunque a Bauman se le considera un pensador 'postmoderno, su escepticismo sobre este concepto lo separa de los defensores más entusiastas del posmodernismo. Tampoco comparte la noción clásica de modernidad versus postmodernidad, argumentando que los dos coexisten como dos lados de la misma moneda, usando los nuevos conceptos de modernidad "sólida" y "líquida".
Bauman causó cierta controversia dentro de la sociología con su aseveración de que el comportamiento humano no puede explicarse primariamente por la determinación social o discusión racional, sino más bien descansa en algún impulso innato, pre-social en los individuos. Desde fines de la década de 1990, Bauman ejerció una considerable influencia sobre el movimiento altermundista.
[editar] Vidas desperdiciadas: La modernidad y sus parias
En su libro Vidas desperdiciadas: La modernidad y sus parias, Bauman nos habla sobre la producción de 'residuos humanos' —más concretamente, de las poblaciones 'superfluas' de emigrantes, refugiados y demás parias— como una consecuencia inevitable de la modernización.
[editar] La convivencia con los otros
Cómo convivir con los otros ha sido un problema omnipresente de la sociedad occidental, y Bauman presenta las principales estrategias utilizadas: la separación del otro excluyéndolo (estrategia émica), la asimilación del otro despojándole de su otredad (estrategia fágica) y la invisibilización del otro que desaparece del mapa mental.
Véase también: metáfora del jardinero
[editar] Trabajo, consumismo y nuevos pobres
Para Bauman, “la cruzada por la ética del trabajo era la batalla por imponer el control y la subordinación. Se trataba de una lucha por el poder en todo, salvo en el nombre; una batalla para obligar a los trabajadores a aceptar, en homenaje a la ética y a la nobleza del trabajo, una vida que ni era noble ni se ajustaba a sus propios principios de moral.” La ética del trabajo era una aberrante grosería; cargarle a los pobres su pobreza gracias a su falta de disposición al trabajo y, por lo tanto, su inmoralidad y degradación personal (lo que provoca su castigo ante el pecado) es uno de los últimos servicios de la ética del trabajo a la sociedad de consumidores.
En la nueva estética del consumo, las clases que concentran las riquezas pasan a ser objetos de adoración, y los "nuevos pobres" son aquellos que son incapaces de acceder al consumo y a la novedad del sistema capitalista. Para alcanzar los placeres de una vida normal, se necesita dinero, y los pobres se encuentran ante un escenario de consumo rapaz y con la incapacidad de solventar los estándares del consumo: Nada calmará el dolor de la inferioridad evidente (Bauman, 2000:67).
[editar] La identidad en la modernidad líquida
En el planteamiento de Bauman la búsqueda de la identidad es la tarea y la responsabilidad vital del sujeto y esta empresa de construirse a sí mismo constituye al mismo tiempo la última fuente de arraigo.
Bauman plantea que en la modernidad líquida las identidades son semejantes a una costra volcánica que se endurece, vuelve a fundirse y cambia constantemente de forma. El autor plantea que éstas parecen estables desde un punto de vista externo pero que al ser miradas por el propio sujeto aparece la fragilidad y el desgarro constante.
Según sus planteamientos, en la modernidad líquida el único valor heteroreferenciado es la necesidad de hacerse con una identidad flexible y versatil que haga frente a las distintas mutaciones que el sujeto ha de enfrentar a lo largo de su vida.
La identidad se configura como una responsablidad reflexiva que busca la autonomía del resto y la constante autorealización y que además está abocada a la constante inconclusión debido a la falta de un telos en la modernidad tardía.
Entiende que la felicidad se ha transformado de aspiracion ilustrada para el conjunto del genero humano en deseo individual. Y en una busqueda activa mas que en una circunstancia estable, porque si la felicidad puede ser un estado, solo puede ser un estado de excitacion espoleado por la insatisfaccion.
[editar] Bibliografía en castellano
• Pensando sociológicamente. Nueva Visión. Buenos Aires, 1994.
• Libertad. Madrid. Alianza. 1992. ISBN 978-84-206-0587-6
• Modernidad y ambivalencia. En Beriain, Josetxo (Comp.), Las consecuencias perversas de la modernidad. Barcelona. Anthropos. 1996.
• Legisladores e intérpretes: Sobre la modernidad, la postmodernidad y los intelectuales. Buenos Aires. Universidad Nacional de Quilmes. 1997.
• Modernidad y Holocausto. Madrid. Sequitur. 1998. ISBN 978-84-95363-24-4. 4a. ed., 2008: ISBN: 978-84-95363-43-5.
• Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Barcelona. Gedisa. 2000. ISBN 978-84-7432-750-2
• La postmodernidad y sus descontentos. Madrid. Akal. 2001. ISBN 978-84-460-1285-6
• La globalización: Consecuencias humanas. México. Fondo de Cultura Económica. 1999.
• Modernidad líquida. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica. 1999.
• En búsqueda de la política. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica. 2001.
• La sociedad individualizada. Madrid. Cátedra. 2001. ISBN 978-84-376-1936-1
• Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil. Madrid. Siglo XXI. 2006. ISBN 978-84-323-1272-4
• La sociedad sitiada. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica de Argentina. 2004.
• Ética posmoderna: Sociología y política. Madrid. Siglo XXI. 2004.
• Confianza y temor en la ciudad. Barcelona. Arcadia. 2006. ISBN 978-84-934096-3-0
• Amor líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos[1]. México. Fondo de Cultura Económica. 2005. ISBN 978-84-375-0588-6





Modernidad Líquida: Zygmunt Bauman La sociedad burguesa: Juan Ré
El Pensamiento Unico
Todo lo que nos rodea se hace volátil, precario, acrecienta la sensación de incertidumbre y de soledad, la agresividad en todos los niveles, una ansiedad insaciable que sólo podemos aplacar en la única área que queda en nuestras manos: la seguridad.
[...]
Nos afanamos en buscar soluciones biográficas, individuales, a problemas que solo pueden tener soluciones generales.(1)
Vivimos en una época en la que por primera vez la inseguridad y la incertidumbre son patrimonio de toda la sociedad. En las sociedades precapitalistas el esclavo o el siervo estaban excluidos de participar con un proyecto propio. La certidumbre ha desaparecido y cada individuo depende de su idoneidad para trazar su proyecto. Las soluciones generales surgen desde el ámbito del intercambio y las decisiones democráticas dan la "trazabilidad", pero no imponen. Recordemos el hombre nuevo estalinista, el hombre ario del nazismo, el hombre cristiano de la religión católica por citar algunos ejemplos, que eran propuestas totalitarias sin margen.(2).
Amor Líquido
El homo oeconomicus, consumista, absorbe por ósmosis las leyes del mercado.
El Pensamiento Unico parte del principio de que no hay alternativa al valor económico que es lo que distingue lo justo de lo erróneo.
[...]
Cuando las personas viven en un mundo precario, incierto, vacilante, líquido, no se atreven a hacer proyectos a largo plazo, pierden confianza.(1)
El Pensamiento Unico ha prevalecido hasta nuestros días, es ahora cuando los márgenes de libertad son mayores, deberíamos recordar el fundamentalismo religioso católico, ahora el musulmán. El nacionalismo de Hitler, Peron, Mussolini, Fidel Castro. O el comunismo de los últimos cincuenta años.
Ahora existe un valor que unifica y mide a todos los individuos, es la libertad personal expuesta al intercambio burgués. La inestabilidad genera desconfianz, En los sistemas anteriores el individuo era prisionero del estado y de sus proyectos, en la actualidad asistimos a la esfera privada y el renacimiento del individualismo hedonista.(2)
Soledad Global
Sus relaciones amorosas, al igual que un producto, deben responder a la conveniencia.
Desperdicios
[...]
Los sentimientos pueden crear dependencia. El arte de truncar, de desconectarse, cancel o delete, es fundamental rescindir el contrato de inmediato.(1)
El hedonismo, el vivir el presente. Es el pacto con el diablo: la decadencia física, la muerte es una certidumbre que azota ante la falta de un Pensamiento Unico que redima. El más allá cristiano es una afirmación difícil de explicar y probar.(2)
Nos parecemos a Leonia, una de las ciudades invisibles de Calvino. Su pasión es gozar de cosas nuevas y distintas, la caza compulsiva de la novedad. Pero la ciudad esta rodeada por una montaña de desechos.(1)
Es la metáfora de la ciudad de Sodoma y Gomorra, al escapar del infierno del placer "quien mire hacia atrás se convertirá en una estatua de sal".
Nadie quiere salir de Sodoma y Gomorra el consumo y el placer es una fiesta que agota los recursos y cubre de desperdicios el planeta azul. Pero tampoco la ética cristiana que nos amenaza con congelarnos al escapar de la ciudad es una solución.(2)
(1)Zygmunt Bauman, Sociólogo. Judio polaco nacido en 1925. Autor de la Modernidad Líquida.
(2)Juan Ré, Historiador. Nacido en 1954. Autor de retratodelinfierno




Sociedad del riesgo
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La sociedad del riesgo frente a la sociedad tradicional


Sociedad con riesgo:
• Trabajo flexible y capital liberado. Pauperización de la condición de vida de las clases subordinadas. Complejización de la lucha de clases (anulación, en algunas regiones) y pérdida de conquistas sociales por parte las clases subordinadas.
• Llegada de discursos feministas, ecologistas y autonomistas que conviven con el paradigma clásico.
• Pensamiento único, desinformación deliberada y deseducación progresiva de la población.
• Crisis de las instituciones sociales modernas. Quiebra de la cosmovisión de la modernidad. Aceptación del riesgo en el pacto social. Convivencia con la crisis ecológica, política y social.
• Dominación completa del capital en la sociedad, que afecta la educación, instituciones científicas, discursos, derechos, etc.
Sociedad moderna:
• Trabajo mediado entre el mundo privado y el Estado. Nivelamiento de las condiciones de vida de las clases subordinadas. Acceso al poder progresivo de éstas y delimitación de las diferencias inrterclasistas.
• Discurso uniforme centrado en la racionalidad y el progreso continuo.
• Pensamiento de dos bandas (comunismo y liberalismo) que promueven, desde distintas lógicas, un mayor acceso a la información. Esta dualidad produce relativa parcialidad informativa.
• Aceptación de las instituciones sociales básicas en la población, sin distinción de clase y grupo político, racial o cultural. No existe el riesgo; el Estado se encarga de asegurar trabajo, educación y salud a la vez que exige al mundo privado marcos normativos en el contrato, variables según la región.
• Dominación parcial del capital; su control hegemónico se ve impedido por el rol del Estado y los logros del proletariado organizado desde fines del siglo XIX.
La sociedad del riesgo (o sociología del riesgo) es la síntesis sociológica de un momento histórico en el período moderno en el cual éste pierde sus componentes centrales, provocando una serie de debates, reformulaciones y nuevas estrategias de dominación. Se trataría de una sociedad posindustrial en el sentido en que las matrices básicas de la modernidad y su misma correlación de fuerzas han cambiado sustancialmente. El primer teórico que habló de este cambio fue Ulrich Beck, quien en su libro La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad (1986) expuso una serie de cambios que no estaban siendo advertidos por las ciencias sociales y que afectaban notablemente a las nuevas generaciones.
[editar] La sociedad del riesgo: una teoría de la nueva modernidad
El libro anteriormente mencionado tomó un hito simbólico que se usó para explayarse a otra serie de transformaciones. Se trataba del desastre de Chernobyl, el cual habría mostrado simbólicamente el límite de la modernidad. Posteriormente se anotaría otra fecha: la caída del muro de Berlín. .
[editar] Bibliografía
• Ulrich Beck "Modernización Reflexiva". Alianza Edit., Madrid, 1994
• Ulrich Beck "La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad", Paidós, Barcelona. 1994
• Anthony Giddens "Consecuencias de las modernidad", Alianza Edit., Madrid, 1990.
[editar] Véase también
• Ecología política
• Ecología social
• Movimientos sociales
• Luchas sociales
• Prácticas de resistencia
• Neoliberalismo
• Globalización
• Pensamiento único
• Posmodernidad
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_del_riesgo"
Categorías: Ciencia política | Teorías sociológicas | Tipos de sociedad | Globalización | Sociología de Alemania | Sociología





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martes 22 de enero de 2008
Ulrich Beck: “La sociedad del riesgo”
Hoy voy a comentar otro de los libros básicos que nos pueden ayudar a entender la situación en la que se encuentra la sociedad actual. Su autor es el sociólogo alemán Ulrich Beck. Nacido en el año 1944 no pertenece todavía al “club de los octogenarios” del que se nutre buena parte de la intelectualidad actual.

Las fotografías que ilustran la entrada (excepto la última) proceden del Blacksmith Institute donde se recogen los lugares más contaminados del mundo. Del desastre de Chernobyl, que hizo cambiar tantas cosas en la relación entre ciencia y progreso, no he incluido las fotos que hizo Paul Fusco para la Agencia Magnum tal y como tenía previsto, porque no estoy seguro que se puedan reproducir libremente. Pero es muy recomendable, ahora que vuelve a ponerse de moda hablar de la energía nuclear como algo benéfico, visualizar este vídeo realizado con las fotos de Fusco. Advierto que es muy duro, pero utilizar la táctica del avestruz frente a la realidad sólo sirve para equivocarnos. A pesar de que uno siente la tentación de cerrar la ventana, olvidarse de lo que está viendo y volver al confortable fondo de escritorio con nuestras fotos más felices, recomiendo (sobre todo a los jóvenes) que traten de llegar al final. Está en inglés (lo siento) pero las imágenes son suficientes para entender el mensaje.

La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad fue publicado en el año 1986 (la edición en castellano es de Paidós, del año 1998) y desde su publicación ha dado lugar a un nuevo enfoque en la disciplina que podríamos denominar “sociología del riesgo”. Después, Beck publicó obras también muy importantes como Las políticas ecológicas en la sociedad del riesgo (1988), La sociedad del riesgo global (2002), La individualización : el individualismo institucionalizado y sus consecuencias sociales y políticas (2003), La mirada cosmopolita o la guerra es la paz (2005) o Cómo los vecinos se convierten en judíos. La construcción política del extraño en una era de modernidad reflexiva (2007).


Pienso que se trata de un libro de lectura imprescindible, aunque no exenta de dificultades, probablemente debido a la traducción del alemán de la que se han encargado varias personas distintas.

Aparece dividido en tres partes. En la primera, que llama “Sobre el volcán civilizatorio: los contornos de la sociedad del riesgo”, estudia la evolución de una sociedad basada en el reparto de la riqueza a otra basada en el reparto de los riesgos, y la teoría política del conocimiento en la sociedad del riesgo. En la segunda “Individualización de la desigualdad social: la destradicionalización de las formas de vida de la sociedad industrial”, se ocupa de las clases y las capas sociales, las desigualdades entre hombres y mujeres, la individualización y la desestandarización del trabajo productivo. Y por fin, en la tercera, que denomina “Modernización reflexiva: hacia la generalización de la ciencia y de la política”, muestra a modo de conclusión las relaciones en las subpolíticas, los riesgos y la ciencia.

Dicho lo anterior de forma tan aséptica y abrupta, he podido más bien desanimar que animar a su lectura, de forma que ahora me corresponde centrarlo en los temas que he ido introduciendo en el blog. Sin embargo he de advertir que, aunque muchos han querido reducir las propuestas de Beck a los riesgos producidos por las nuevas tecnologías (de la mano de la ciencia), sus planteamientos van mucho más allá y, aunque por la índole de nuestra temática nos centremos en estas cuestiones no podemos hacer como si el resto no existiera. De forma que, aunque sea algo más largo y pesado, voy a intentar comentar el planteamiento global haciendo énfasis en las cuestiones ambientales y ecológicas.
Chernobyl (Ucrania), Accidente nuclear
Población afectada 5.500.000 personas
“El sarcófago nuclear” (Julien Behal)
Imagen extraída del Blacksmith Institute

En la sociedad industrial clásica la estratificación social y los conflictos venían marcados por el reparto de riqueza. La familia, los empresarios, los sindicatos, es decir, los agentes tradicionales se posicionaban en razón a este reparto. El ideal lo era de progreso, siguiendo el principio de que a mayor producción mayor bienestar social. El excelente funcionamiento de este sistema trajo consigo la aparición de nuevos riesgos con grandes dificultades para su manejo y control. Riesgos que, además, afectaban de forma bastante indiscriminada a todos los estamentos y a todas las clases. En estas circunstancias ha aparecido una nueva forma de organización en la cual la sociedad ya no está basada en un reparto de la riqueza sino en un reparto de los riesgos. Y aquí es donde aparecen los nuevos conflictos sociales. El problema es que, de hecho, la sociedad industrial ya ha dado el paso a una sociedad del riesgo, mientras que en el plano normativo, de valores, etc. perviven todavía las instituciones y comportamientos correspondientes a un tipo de sociedad basada en el reparto de riqueza.

Se supone que la diferencia entre peligro y riesgo está, en cierta medida, en la voluntariedad. El peligro tiene directamente que ver con la fatalidad, con aquello que ocurre exterior a nosotros y que no podemos evitar y el riesgo con la exposición voluntaria y deliberada y calculada a un daño, normalmente para obtener algo a cambio. Cuando Beck se refiere a los nuevos riesgos atómicos, químicos o genéticos, se está refiriendo a unos riesgos normalmente imperceptibles (necesitamos que la ciencia nos diga que hay radiación atómica, no la notamos, aunque sí sus consecuencias), que no se pueden limitar temporal o localmente, es decir son globales, y que suelen ser irreversibles, difícilmente cuantificables e indiscriminados (afectan tarde o temprano a todos, ricos o pobres, aunque no de la misma manera).
Chernobyl (Ucrania), Accidente nuclear
Población afectada 5.500.000 personas
“Secuelas de la radiación” (Julien Behal)
Imagen extraída del Blacksmith Institute

A pesar de todo ello siguen siendo riesgos en el sentido de que son voluntarios, aunque los sujetos no los perciban como tales y, por tanto, subjetivamente los conviertan en peligros. Y son voluntarios porque la sociedad podría decidir, por ejemplo, no cultivar transgénicos. O cerrar definitivamente todas las centrales nucleares. Sin embargo, el desfase entre una sociedad del riesgo y una sociedad en la que todavía perviven comportamientos correspondientes a la etapa anterior impide que los sujetos los perciban como tales y entonces se habla, por ejemplo, de los “peligros de la industrialización”.

En todo este discurso aparece en lugar central el tema de la ciencia. El papel que tradicionalmente se le ha asignado a la ciencia ha sido el de dominio y control de la naturaleza y en este dominio y control se ha basado todo el llamado “progreso” de la sociedad industrial. Con la crisis medioambiental este papel ha sido modificado y, en realidad, a pasado a ser el de apaga-fuegos, adaptando y ajustando una naturaleza que, previamente, se había encargado de volver disfuncional incendiándola sin miramientos. Accidentes como el de Chernobyl (que está en el origen de este libro) se convierten en referentes de la pérdida de autoridad científica como consejera y de la credibilidad de los políticos que confían en ella. El abuso de la ciencia que han realizado los políticos ha hecho que se haya producido una "cientificación" de la política pero también una politización de la ciencia.
Linfen, (Corazón industrial de China)
Contaminaciones del aire
Población afectada 3.000.000 personas
“Joven afectado” (Andreas Haberman)
Imagen extraída del Blacksmith Institute

Llega, por tanto, un momento en el cual, el éxito de la Modernidad pone en peligro la propia continuidad de la misma. Es la primera vez en la Historia en que el desarrollo del sistema va en su contra. Ante esta situación la sociedad, en una segunda etapa, reacciona, produciéndose un fenómeno que Beck llama “Modernidad Reflexiva”. Esta idea de la “Modernidad Reflexiva” aparece tan destacada en el libro como el de la “Sociedad del Riesgo” ya que supone el cuestionamiento de todo el entramado en el que se ha basado la primera Modernidad. La ciencia, el progreso, la industrialización, son objeto de revisión.

En particular, la ciencia, sometida a una profunda crítica, tanto externa como interna, aparece en el fondo, como la causa y el origen de los riesgos de la Modernidad. La ciencia es la causa como se vio en Chernobyl y en tantos otros sitios. Pero la ciencia es también la encargada de definir los riesgos ya que sin su ayuda sería imposible construirlos socialmente. Lo que sucede es que esta definición de los riesgos, muchas veces, es una pura falacia “científica”. Veamos como explica el propio Beck el tema de los llamados “valores límites de tolerancia”:

“La cuestión de si planta, animal o humano pueden soportar una cantidad grande o pequeña de ese “poco” veneno y qué cantidad –y, en este contexto, qué se entiende por “soportar”, acerca de estas encantadoras cuestiones de horror; surgidas de la cocina de toxinas y antitoxinas de la civilización avanzada, trata la determinación de los valores límite.”

“Dicho de forma más precisa debería leerse: no envenenarnos completamente. Ya que, irónicamente, posibilita el famoso y controvertido “poco”. No se trata, por tanto, en esta “reglamentación” de impedir el envenenamiento, sino de la medida permitida de envenenamiento. El hecho de que esto esté permitido ya no cabe dudarlo sobre la base de esta reglamentación. Los valores límite de tolerancia son, pues, en este sentido, líneas de retirada de una civilización que se cubre a sí misma en abundancia con sustancias nocivas y tóxicas. La exigencia obvia de no envenenamiento es rechazada por ella como utópica.”
Valle de Sukinda (India), minería
El 60% del agua potable contiene cromo tóxico
Población afectada 2.600.000
“Aguas contaminadas” (Petros Morgos)
Imagen extraída del Blacksmith Institute

En definitiva, según el autor, no existen soluciones científicas al problema del riesgo ya que el conocimiento científico se ve imposibilitado de evaluar soluciones culturalmente aceptables. En este campo “La racionalidad científica no sirve de nada sin racionalidad social, pero la racionalidad social es ciega sin racionalidad científica”.

A pesar de todo, el subsistema científico-técnico ha mantenido su poder incluso en la segunda Modernidad (“Modernidad Reflexiva”) ya que el subsistema político-administrativo ha dejado en sus manos la determinación de los riesgos, limitando el debate a una cuestión científica. De esta forma estamos en manos de una tecnocracia que no ha eliminado sino tan solo disimulado los conflictos. Según Beck ha ello han contribuido también determinados movimientos ecologistas que al luchar por aminorar los daños ambientales reducen a veces el conflicto a disputas entre expertos.
Bhopal (India), Fuga de isocianato de metilo
La peor catástrofe industrial del mundo
Población afectada 600.000 personas
"Union Carbide, la fábrica abandonada"
Imagen extraída del archivo de Greenpeace

Su propuesta plantea, en primer lugar, más democracia participativa para que los ciudadanos de las sociedades de riesgo sean más autónomos y libres. En segundo lugar habla de la subpolítica, una zona intermedia entre el sistema político y la sociedad civil, donde articular los nuevos sistemas de lucha en el que tendrán una gran importancia las “comunidades de riesgo”. Estas comunidades aparecen a partir de la percepción de un peligro. Por ejemplo, frente a las fábricas de productos químicos que contaminan el mar se forman grupos contrarios constituidos por pescadores, empresas conserveras, ecologistas, ciudadanos… Enfrente: las fábricas y sus trabajadores, los expertos científicos, algunos políticos, otros ciudadanos, etc. En definitiva, grupos transversales a las propias clases sociales tradicionales e incluso a los grupos de interés.

Por supuesto que la Sociedad del Riesgo y la Modernidad Reflexiva cuestionan muchas cosas, por ejemplo la teoría de los sistemas autorreferenciales y autopoiéticos de Luhman. Pero también han sufrido duras críticas de todo el conjunto de teorías que se agrupan bajo el nombre de “modernización ecológica” (en torno a Mol y Spaargaren), y que buscan la salida en el propio conocimiento científico y tecnológico, tales como el concepto de post-normal science. Aunque desde mi punto de vista la altura intelectual y ética de ambas posturas ("Sociedad del Riesgo" frente a "Modernización Ecológica") no es comparable, trataré de introducir en un futuro algún artículo acerca de esta discusión. Pero esto quedará para otro día y otro libro.
Publicado por José Fariña en 17:32

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