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martes, 24 de agosto de 2010

LA ILUSTRACION EN NUESTROS TIEMPOS, HERENCIA DE KANT

Escrito por NOHRA C. BUITRAGO G.
En el marco del PFPD Derechos humanos

Kant hacia 1784, da su respuesta a la Ilustración, terminando el siglo la plantea como el siglo de la racionalidad, con frases como: ‘Ten el valor de servirte de tu propio entendimiento’, es decir, actuar con libertad, sin perjuicios, con autonomía, en donde la razón humana adquiere el derecho a obtener conclusiones, no tomando en cuenta los dictados de la tradición y los dogmas.




Es necesario recordar el contexto social del llamado siglo de la luces; en donde, por un lado, se ve crecer la industria, la técnica y los inventos, la urbanización, el incipiente capitalismo, el surgimiento de la clase media capitalista y el proletariado urbano; y por el otro, es una época de gran avance científico y técnico, que a su vez es la consecuencia del movimiento intelectual y científico del renacimiento.



Toda esta época es de gran madurez intelectual en donde la filosofía es una gran influencia en todos los estamentos, y la razón toma el papel prioritario de ser un instrumento de transformación que aclarara toda duda relacionada con el conocimiento, las leyes, la religión etc.



La ilustración es tomada como la liberación del ser humano de su incapacidad para utilizar su inteligencia sin la guía de otro, situación que radica en su falta de voluntad y no en su falta de inteligencia. Es más fácil depender que ser libre, dejar que otros piensen, que decidan y no atreverse a dar el salto, a incursionar en caminos diferentes; en este sentido, Kant expresa en forma contundente la tendencia antropocéntrica del renacimiento con sus características sobresalientes de la autonomía y la racionalidad.



Nuestra sociedad no será libre, hasta tanto no rompa con los lazos morales, sociales o políticos siempre están presionando sobre la realidad de los individuos. La verdadera libertad solo existiría si se toma conciencia para dejar los prejuicios a un lado, actuando solo en hacer lo debido con la diferencia del bien y del mal y trabajando en la búsqueda de la verdadera felicidad, sin ataduras sociales.



Se pensaría con base en lo anterior, que ya no deberíamos tener ataduras: pero, hoy en día es difícil despojarse de todo lo que no sirve, somos tan irracionales que cuanto dañamos, nos daña a nosotros mismos y a los demás: actuando sin tener en cuenta las consecuencias, rayando siempre en el facilismo y no haciéndonos partícipes en la solución de todo cuanto está a nuestro alrededor.



Esta manera de irse sucediendo las cosas, ha hecho que en la actualidad, la du educación presente falencias en cuanto a su concepto de autoridad; pues se cae en el error de ser impuesta y no de permitir que nos lleve a un desarrollo intelectual en donde se pueda descubrir el equilibrio entre: ejercer autoridad sin violentar los derechos; y hacer valer los derechos sin perder autoridad.



A este panorama, saltan al ruedo, los padres de familia, quienes están formando hijos enfermos para una sociedad enferma, permisivos, los cuales debido a la ‘protección paternal’ han perdido toda responsabilidad ante la vida creándose falsas expectativas de vida fácil y sin esfuerzo. Conllevando esto, a una generación pasiva que no aporta nada a las herencias negativas de lo que les está quedando. En esta incertidumbre, los medios de comunicación tienen gran responsabilidad, ya que la calidad de la información que llevan a los jóvenes, no les da la oportunidad de pensar, ni de tomar decisiones, encontrándose así, prisioneros en su propio mundo. Un ejemplo de esta situación es el Internet que con su paradoja de infinito, sume al chico/a en una limitación de mundo y mente, que hace que cada vez se aliene más.

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